lunes, 5 de mayo de 2014

Un fatídico encuentro en Antioquía.

             Poco tiempo después, llegó Pedro a Antioquía, probablemente para investigar la situación y, tal vez, para realizar alguna tarea de consolidación entre las congregaciones exclusivamente judías del movimiento de Jesús.  Éste parece haber sido también uno de los acuerdos logrados en el encuentro de Jerusalén (Gál 2,7-8 [7todo lo contrario: viendo que se me ha confiado anunciar la buena noticia a los paganos (como a Pedro a los judíos, 8pues aquel que capacitó a Pedro para la misión de los judíos me capacitó también a mí para los paganos)]. Con ello, tal vez, se pretendía apaciguar a los más intransigentes, al tiempo que se permitía seguir con su actividad a los grupos de Pablo en su órbita social. Pero los resultados fueron desastrosos:

Gál 2,11-14:

11Pero cuando Pedro fue a Antioquía tuve que encararme con él, porque se había hecho culpable. 12Antes que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los paganos; pero llegados aquéllos empezó a retrarerse y ponerse aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión.
                    13Los demás judíos se asociaron a su ficción y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar con ellos a aquella farsa. 14Ahora que cuando yo vi que no andaban a derechas con la verdad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos:
                   -Si tú, siendo judío, estás viviendo como un pagano y en nada como un judío, ¿cómo intentas forzar a los paganos a las prácticas judías? 

        
              Parece que Pedro se movía inicialmente con libertad entre las diferentes facciones e incluso que llegó al extremo de comer con los grupos mixtos de Pablo. Después, llegaron de Jerusalén otros seguidores judíos del movimiento -"los de Santiago"- e hicieron que Pedro abandonara sus relaciones con los gentiles incircuncisos. Parece que los emisarios de Santiago se habían alineado con las células más rigoristas de Antioquía, intimidando a otros judíos, incluido Pedro. Con gran pesar para Pablo, hasta Bernabé le dio la espalda.

             Pablo debió darse cuenta rápidamente de las implicaciones que aquello tenía. Sus enormes esfuerzos para asegurar un lugar a los gentiles en la comunidad de Jesús estaban a punto de ser rechazados, incluso por aquellos judíos que anteriormente los miraban comprensivamente. Pablo repartió golpes a diestro y siniestro. No se nos dice que implorase antes a Bernabé y a otros para que le dieran otra oportunidad. Tampoco se nos dice si había defendido en otra ocasión apasionadamente su propia interpretación del encargo "revelado por Dios" (Gál 1,16; 2,2.7). El hecho es que todo terminó en una confrontación con el mismo Pedro. Pablo estalló. "Tachó a Pedro de hipócrita, diciéndoselo a la cara ante unos testigos (Gál 2,11.13-14). Lo que sigue en Gál 2,15-21 [ , ] puede representar lo que Pablo hubiera querido que dijera para justificar su posición. Pero la realidad era bien diferente; tampoco era un problema de mera diferencia de opinión. Pablo no convenció a nadie, ni siquiera a Bernabé, que, según las leyendas posteriores, se convirtió en un protegido de Pedro [Cf. Hch 15,36-41 que representa a Pablo desprendiéndose de Bernabé a causa del colaborador llamado Juan Marcos, quien, anteriormente, había estado unido a Pedro y Santiago en Jerusalén (Hch 12,12-17  )].

La descripción de Hechos muestra que la iglesia de Antioquía interpretó la relación en estos términos, al tiempo que, con toda intención, quita importancia a la disputa entre Pedro y Pablo. No resulta claro qué ocurrió en los enclaves paulinos donde había mezcla de judíos y gentiles, pero podemos sospechar que dominaría el "partido de la circuncisión" [Cf. el críptico comentario de Gál 5,11]. En el caso de Pablo, la consecuencia inmediata era evidente. Tuvo que abandonar Antioquía. Optó por embarcarse para una nueva misión donde no hubiera una comunidad judía tan fuerte y tradicionalista. Iría hacia el oeste, a Grecia y Roma, donde podía llevar a cabo, independientemente, su actividad como "misionero" o "apóstol" de los gentiles [En Pablo, el término "apóstol" (del griego apostollein, "enviar") significa simplemente "un enviado" como emisario o con una misión, de aquí que traduzcamos "misionero".] Y así es como se inicia la etapa más importante del ministerio de Pablo, la misión egea.

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