jueves, 1 de mayo de 2014

La forma epistolar en los papiros griegos.

                   Los problemas habituales de la actividad escritora eran el coste y la disponibilidad de papiros, así como que hubiese alguien que supiera escribir del modo que la situación requería. En consecuencia, muchos elementos del estilo que encontramos en los testamentos, los contratos, los documentos matrimoniales y las cartas comunes procedían de las convenciones tradicionales que ayudaban a conservar los documentos para cuando se necesitaran. Gran parte de los elementos del estilo epistolar se enseñaban realmente en las escuelas y se conservan en los antiguos "manuales" para escribir las cartas [Sobre los manuales, cf. Stowers, Letter Writing in Greco-Roman Antiquity, pp. 51-57; W. G. Doty, Letters in Primitive Christianity, Fortress, Filadelfia 1973, pp. 8-11.] Los diversos tipos de cartas poseían elementos formales diferentes según las circunstancias, las relaciones o las ocasiones sociales particulares. Encontramos un buen ejemplo en la denominada carta de recomendación; presentamos a continuación lo que dice un antiguo manual sobre este tipo de carta con su ejemplo correspondiente:

                   El tipo de [carta] de recomendación es el que se escribe a favor de una u otra persona, entrelazando su alabanza al tiempo que hablamos a quienes no lo conocían anteriormente como si les resultara familiar. Debe hacerse del siguiente modo.
                  Fulano de tal, quien les lleva esta carta, es apreciado por su fidelidad; harán bien en considerarle digno de una buena acogida tanto por mis recomendaciones como por él mismo, y, muy pronto, por la comprobación de ustedes. No se arrepentirán de hablar con él sobre cualquier asunto que deseen, tanto de conversaciones como de hechos confidenciales. No sólo esto, sino que también hablarán bien de él a los demás, una vez que se hayan dado cuenta, durante el tiempo que necesiten, de que es competente en todos los asuntos [Del manual de PsuedoDemetrio, Tipos epistolares 2, traducción de L. M. White.] 

                 Una carta en papiro que data de ca. 25 d.C. muestra cómo se llevaban a cabo estas características formales:

                 Teón a su honradísimo Tyrrano, saludos afectuosos. Heracleides, quien te lleva esta carta, es mi hermano. Por tanto, te suplico, de todo corazón, que lo trates como a alguien altamente recomendado. He pedido también a tu hermano Hermías que te escriba sobre él. Me harás un gran favor si encuentra una buena acogida por tu parte. Ante todo, pido para que goces de buena salud y de una prosperidad sin contratiempos. Saludos [La carta se encuentra en el Papiro de Oxyrhynchus 292, traducción de L. M. White].

                 El texto se escribió en la cara interna de una única hoja pequeña de papiro que mide 20 cm. por 14,7 cm; posteriormente se enrolló y se ató o selló; en la parte externa encontramos una simple dirección, "A Tyrrano, funcionario provincial". Es la típica carta de alguien que vivía en un pueblo y se dirigía a un funcionario romano. Es breve y se ajusta con sumo cuidado a las convenciones; en ella percibimos la deferencia social respecto al destinatario y la labor de un escriba profesional contratado para que la escribiera en nombre del remitente, Teón. El estudio de las cartas escritas en papiro pone de manifiesto muchos aspectos no sólo de la forma epistolar y el estilo del momento, sino también de las circunstancias sociales. A pesar de su relativa formalidad, encontramos en ellas una gran cantidad de información sobre la vida cotidiana y los problemas humanos: (Lámina 7.3).

   
                     Regresamos ahora a Pablo. Pablo escribió cartas comunes relativas a determinadas situaciones, aunque frecuentemente introducía en ellas reflexiones y pensamientos teológicos. Pero no deberíamos pasar por alto las características formales ni la situación social para centrarnos solamente en el contenido religioso. Más bien, estos tres aspectos están casi siempre interconectados en el modo en que escribe Pablo. Hemos de indagar en las circunstancias particulares para comprender la respuesta que da utilizando categorías y términos religiosos. En general, adopta las convenciones comunes del género epistolar en las cartas dirigidas a sus iglesias porque eran las que la gente esperaba encontrar en ellas. Por ejemplo, casi al final de la carta a los Romanos, Pablo dice: (!6,1-2) " 1Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas; 2recibidla como cristianos, como corresponde a gente consagrada; poneos a su disposición en cualquier asunto que necesite de vosotros, pues, lo que es ella, se ha hecho abogada de muchos, empezando por mí." Podemos apreciar que Pablo ha adoptado en este punto la forma y la terminología estándar de una carta de recomendación. Les está presentado a Febe, que pertenecía a la iglesia doméstica de Cencreas, uno de los suburbios de Corinto, a quien llama "diaconisa" (o "ministro") y también "benefactora" (o "patrona"). Pide que sea recibida amablemente por las iglesias-casa de Roma.

                    Prácticamente, todas las cartas auténticas de Pablo contienen algún tipo de recomendación o petición de hospitalidad.

                    Dos últimas observaciones: En primer lugar, la utilización de la fórmula de recomendación en la carta a los Romanos indica que Febe era, efectivamente, en quien Pablo había delegado para que la llevara a Roma. En segundo lugar, con esta fórmula se pretendía asegurar que fuera acogida por alguien en Roma, lo más probable por Prisca y Aquila "y la iglesia que se reúne en su casa", a quienes se menciona en el saludo posterior (Rom 16,3-5). Por tanto, estas fórmulas típicas de las cartas grecorromanas son importantes para comprender el modo en que Pablo escribe la carta y las circunstancias históricas y condiciones sociales que subyacen tras la redacción.

1 comentario:

  1. Que gran aporte, desconosco el porqué dejó de escribír en su blog, pero considero que esta información es muy , pero muy valiosa, enorabuena!

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