A pesar del tema dominante del compañerismo que recorre toda la carta, hay notas de discordia, especialmente en el vocabulario polémico de 3,2-4,3 [http://www.cartaalosfilipenses3.blogspot.com.es/]. Por esta razón, algunos especialistas han propuesto que la carta actual es una colocación de varias cartas fragmentarias que se unieron como un rompecabezas en el siglo II (cf. cuadro 8.7).
Sin embargo, son más los especialistas que actualmente estarían de acuerdo en que la carta fue escrita tal como hoy la conocemos, aunque podría contener ciertas alusiones a cartas anteriores (3,1). La clave para entender su ocasión y objetivo se encuentra en la utilización consistente de los motivos de la amistad, especialmente tal como aparecen en la frase "tener un mismo sentir" (1,7; 2,2.5; 3,5.19; 4,1.10). El vocabulario de la amistad y la relación afectiva se utiliza para reflejar las relaciones que, desde hacía tiempo, Pablo mantenía con las congregaciones de Filipos (1,7); para exhortar a los filipenses a vivir armónicamente, evitando los intereses egoístas (2,1-4.14-18), siguiendo el modelo de la muerte desinteresada de Jesús (2,5-11); para describir los sufrimientos de Pablo y Epafrodito por Cristo y por los filipenses (2,17.25-30; 3,17-4,1); para animar a Evodia y Síntique a que resolvieran sus diferencias (4,2-3); y, finalmente, para describir los buenos sentimientos que los filipenses le mostraban con su ayuda económica mientras estaba encarcelado (4,10-20). Por estas razones, Filipenses puede denominarse una "carta amistosa de exhortación".
No obstante, por debajo de todo este vocabulario afectivo y amistoso se oculta un problema de división y enemistad. Se pone de manifiesto en la polémica contra "los enemigos de Cristo" que se oponen a "tener los mismos sentimientos" en una unión con Pablo (3,15.18), y aparece claramente en el problema de las relaciones entre Evodia y Síntique. ¿Sugiere este dato que existía una diferencia de opinión entre dos iglesias domésticas lideradas por mujeres? Es posible. En esta perspectiva, deberíamos darnos cuenta también de que, al dar las gracias por el don recibido, Pablo añade un comentario contundente: "Me alegro mucho en el señor de que ya, por fin, haya revivido vuestra preocupación por mí; de hecho, ya estabais preocupados por mí, pero no habíais tenido la oportunidad de manifestarlo" (4,10) [La frase griega traducida por "preocupación" es la misma que en otra parte de la carta se traduce como "tener la misma mente".] Parece que se había producido un retraso en el envío de dinero a Pablo, que estaba en prisión. Si estos indicios reveladores de la existencia de una discordia están conectados entre sí, entonces es posible que hubiera un desacuerdo entre las congregaciones filipenses sobre si tenían que seguir ayudando a Pablo. Podemos sospechar que la situación de Epafrodito, quien, por enfermedad, se había retrasado en su regreso a Filipos (2,25-30), fue también un factor que contribuyó al problema. Sin embargo, al final ganaron los partidarios de ayudar a Pablo. Pablo envía ahora a Epafrodito de regreso a casa con la carta en la que les da las gracias y les anima a ver sus esfuerzos bajo una perspectiva positiva, en cuanto colaboradores suyos en la extensión del Evangelio.
Podemos reconstruir del siguiente modo la secuencia de intercambios que condujeron a la carta que poseemos actualmente:
1. Tras la encarcelación de Pablo (en Éfeso) se avisó a Filipos (probablemente mediante una carta) [Es posible que esta carta anterior contuviese unas exhortaciones semejantes a las que hallamos en 3,2-4,1, que Pablo quiso repetir en la última ocasión. Cuadro 8.7 ].
2. Los filipenses, que desde hacía tiempo ayudaban económicamente a Pablo, responden a esta noticia enviando un "don" (monetario) junto con una carta de ánimo llevada por Epafrodito (Flp 2,25; 4,18).
3. Epafrodito enferma gravemente mientras visita a Pablo en Éfeso, por lo que el apóstol envía a Timoteo con una nota o una carta para informar a los filipenses. También les pide más dinero, persumiblemente para cuidar debidamente a Epafrodito.
4. Ante la petición de Pablo se origina una controversia en Filipos. Como resultado, los filipenses no envían más ayudas por el momento. La controversia podría haber girado, en cierto modo, en torno a si se debía o no seguir ayudando económicamente a Pablo, dados los problemas que tenía con la justicia.
5. Finalmente, el sector que estaba a favor de Pablo logra convencer a los filipenses para que le enviaran más ayuda/dinero (Flp 4,10-20). Timoteo regresa a Éfeso, pero con la mala nueva de la disensión provocada por su situación [El portador o emisario de varias de estas cartas habría sido Timoteo, especialmente la segunda "observación" respecto a la enfermedad de Epafrodito; cf. Flp 2,19-23.]
6. Pablo escribe entonces la carta a los Filipenses (tal como la conocemos actualmente) como una nota de acción de gracias y para lograr una cierta reconciliación entre él y las partes en conflicto de Filipos. Ya curado, Epafrodito les lleva la carta (Flp 2,25-30).
7. El mismo Pablo espera abandonar la prisión muy pronto (2,23) y piensa visitar de nuevo la ciudad de Filipos (cf. Flm 22). Enviará por delante a Timoteo para que anuncie su llegada (Flp 2,24).
Por consiguiente, la carta a los Filipenses, tal como hoy la conocemos, es realmente el final de un largo proceso de comunicación que incluye dos cartas anteriores escritas por Pablo y otras dos escritas por los filipenses. También vierte una luz importante sobre las relaciones económicas que Pablo mantenía con sus congregaciones, que funcionaban como su patrón y promotor. Pablo salió finalmente de prisión y fue a Filipos. Su última carta a los corintios la escribió desde aquí (cf. 2 Cor 1,8-11; 2,12-23; 8,1-4). Parece, por tanto, que esta carta amistosa de exhortación y reconciliación, como colaboradores en Cristo, logró su éxito.
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