En primer lugar, trataremos de comprender a Pablo estudiando su biografía y el lugar que ocupó en las primeras décadas del movimiento de Jesús. También es importante que reconozcamos el legado de Pablo a las generaciones posteriores, cuando fue considerado como un personaje clave en la transformación del movimiento en un fenómeno predominantemente gentil y en la separaciónd el cristianismo de la matriz del judaísmo. Regresaremos sobre estas cuestiones en las secciones posteriores de nuestra obra, cuando abordemos el tema de las cartas que se escribieron con su nombre (cuadro 7.1).
Para reconstruir su vida y su ministerio, hemos de estudiar también las diferentes formas en que fue percibido desde su momento histórico hasta que se convirtió en un personaje legendario.
Poseemos dos fuentes principales de información sobre la vida de Pablo. La más conocida es el libro de los Hechos [http://www.hechosdelosapostolesindice.blogspot.com.es/]. Puesto que presenta una narración fluida del ministerio de Pablo, ha sido habitual comenzar con lo que se dice sobre su vida y, posteriormente, encajar o poner en relació las cartas con este contenido. Una vez más, descubriremos que la realidad es más compleja. El libro de los Hechos no nos cuenta lo que le ocurrió tras su viaje a Roma ni cómo murió. Ya en el siglo II se produjo un deseo en el cristianismo primitivo de concluir el relato de sus fundadores y héroes desde el comienzo del movimiento. Y lo llevaron a cabo mediante la creación de versiones retocadas de los "hechos" de cada uno de los apóstoles. Se escribieron una de Pedro y otra de Pablo, en donde se contaba cómo murieron estos apóstoles como gloriosos mártires en Roma tras el incendio provocado por Nerón en el año 64 d.C. La tradición de la iglesia local de Roma conservó vivas estas leyendas, que, en sí mismas, apenas tienen ningún fundamento histórico.
En suma, no sabemos con precisión cuándo ni cómo murió Pablo. La mayoría sostiene que moriría algún momento entre los años 60 y 62 d.C., poco tiempo después de que abandonara Corinto para dirigirse a Jerusalén y a Roma. Tampoco sabemos con certeza cuándo nació. En una ocasión se refiere a sí mismo dicieno que era un "anciano" (Flm 9 [9prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, el viejo Pablo, ahora además preso por el Mesías Jesús.]). Por tanto, podría tener entonces unos cincuenta o sesenta años, lo que situaría su nacimiento entre los años 5 a.C y 5 d.C., y lo haría casi contemporáneo de Jesús. Los Hechos dicen que era un judío de la diáspora que nació en Tarso, en la provincia romana de Cilicia, aunque también fue formado en Jerusalén por el maestro fariseo Gamaliel (Hch 22,3 [3 - Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad; como alumno de Gamaliel, me eduqué en todo el rigor de la Ley de nuestros padres, con tanto fervor religioso como vosotros ahora.]. El mismo Pablo no confirma estos datos, aunque sí dice que había sido un devoto fariseo antes de convertirse al movimiento de Jesús (Flp 3,5 [5circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa y, por lo que toca a la Ley, fariseo;]).
El relato que sobre la vida de Pablo encontramos en Hechos tiene que vérselas también con otros problemas históricos procedentes de las propias afirmaciones que hace en sus cartas (Cuadro 7.2):
Encontramos un buen ejemplo en lo que se dice sobre sus visitas a Jerusalén. Según Hechos, Pablo realizó cinco importantes visitas a Jerusalén tras convertirse en seguidor de Jesús. Hch 9,19-20 [19 Luego tomó alimiento y le volvieron las fuerzas. Pasó unos días con los discípulos de Damasco, 20 y muy pronto se puso a predicar en las sinagogas sobre Jesús, afirmando que éste es el Hijo de Dios.] nos informa de que la primera de estas visitas tuvo lugar casi inmediatamente después de su conversión en Damasco y de que Bernabé lo presentó a los seguidores en Jerusalén. Posteriormente, estuvo predicando durante un tiempo. He aquí el fragmento central del relato de Hch 9:
Hch 9,26-28: 26 Llegado a Jerusalén, trataba de juntarse a los discípulos; pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera discípulo.
27 Entonces Bernabé lo acogió, lo presentó a los apóstoles y les contó cómo había visto al Señor en el camino y que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con valentía sobre la persona de Jesús.
28 Saulo iba y venía con ellos en Jerusalén predicando con valentía sobre la persona de Jesús. [Texto utilizado la Nueva Biblia Española.]
El propio relato que hace Pablo en su carta a los Gálatas es bastante diferente en varios aspectos:
Gál 1,15-24: 15Y cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó 16revelarme a su Hjo para que yo lo anunciara a los paganos, no consulté con nadie de carne y hueso ni tampoco 17subí a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, sino que inmediatamente salí para Arabia, de donde volví otra vez a Damasco.
18Después, trea años más tarde, subí a Jerusalén para conocer a Pedro y me quedé quince días con él. 19No vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. 20Y en esto que os escribo Dios me es testigo de que no miento. 21Fui después a Siria y Cilicia. En cambio, 22las comunidades cristianas de Judea no me conocían personalmente; 23nada más oían decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, 24y alababan a Dios por causa mía. [Texto utilizado la Nueva Biblia Española.]
Aunque admitiéramos que el marco temporal de Hechos, que describe su estancia en Damasco como "bastante tiempo" (9,23), se corresponde con los "tres años" mencionados por Pablo (Gál 1,18), lo que parece improbable, aún tendríamos que explicar algunas discrepancias fundamentales. Hechos no dice que fuera a Arabia y retornara después a Damasco. Además, Pablo afirma rotundamente que no consultó a nadie de Jerusalén hasta que pasaron tres años; sólo estuvo dos semanas y únicamente vio a Cefas (Pedro) y a Santiago, el hermano de Jesús. El resto de las iglesias de Judea solamente habían oído hablar de él. De hecho, el propio relato que hace Pablo de su primera visita -después de tres años- está más de acuerdo, en cierto modo, con la "segunda" visita que se menciona en Hch 11,29-30 [29 Los discípulos, sin embargo, decidieron mandar un subsidio, según los recursos de cada uno, a los hermanos que residían en Judea:
30 así lo hicieron, enviándolo a los responsables por mano de Bernabé y Saulo.]. Parece, por tanto, que el libro de los Hechos ha añadido una visita extra al comienzo, tal vez para presentar a Pablo en estrecho contacto con la iglesia de Jerusalén. Lo mismo cabría decir de la "cuarta visita" de Hch 18,22 [22 desembarcó en Cesarea, subió a saludar a la comunidad, y luego bajó a Antioquía.], que constituye una pausa entre los denominados segundo y tercer viaje misionero. No existe correspondencia alguna con los datos que hallamos en las cartas paulinas. Efectivamente, el contexto de las cartas parece excluir tal interludio o pausa para realizar una visita a Jerusalén o Antioquía.
En Hechos encontramos dos visitas más de Pablo a Jerusalén que coinciden bastante mejor con su propio relato, al menos en lo que respecta a su cronología básica. Una es la "asamblea" sobre los gentiles conversos (Hch 15,1-19 [ 1-8., Hechos de los Apóstoles. LA ASAMBLEA DE JERUSALÉN. EL DILEMA JUDAÍSMO-CRISTIANISMO. Conflicto sobre la validez de la Ley. Hch 15 6-29., Hechos de los Apóstoles. Reunión de la asamblea. Pedro defiende la causa de los paganos. Hch 15]; Gál 2,1-10 [1-10., Carta a los Gálatas. Segunda visita a Jerusalén. 2 ]), la "tercera" visita según Hechos. Aun así, Pablo afirma claramente que éste fue su segundo viaje a Jerusalén y que fue él, no los dirigentes de la iglesia de Jerusalén o Antioquía, quien tomó la iniciativa. También dice que se encontró "en privado" con los dirigentes de Jerusalén -es decir, con Pedro, Santiago y Juan (Gál 2,2-9 [ 1-10., Carta a los Gálatas. Segunda visita a Jerusalén. 2 ])-, mientras que Hechos sugiere que los mismos dirigentes habían reunido a los "apóstoles y ancianos" para que escucharan la discusión. La última visita (Hch 21,17-37 [ 15-26., Hechos de los Apóstoles. Jerusalén. Pablo visita a Santiago y se purifica en el templo. Hch 21 27-36., Hechos de los Apóstoles. Proceso de Pablo. De Jerusalén a Cesarea. Arresto de Pablo en el templo. Hch 21
21.., 37-22, Hechos de los Apóstoles. Primera Apología y testimonio de Pablo ante el pueblo judío. Hch 21]) se corresponde con la que Pablo menciona como un proyecto (Rom 15,25-33 [14-33., Carta a los Romanos. 15 ]), pero no cuenta en ningún lugar lo que realmente ocurrió cuando llegó. Sin embargo, hay una diferencia notable: Pablo afirma claramente que el objetivo de esta última visita era llevar una colecta para los pobres, mientras que Hechos menciona una ayuda contra el hambre en relación con una visita anterior (Hch 11,30 [30 así lo hicieron, enviándolo a los responsables por mano de Bernabé y Saulo.]). Así pues, en los dos casos nos encontramos con ciertas diferencias en el relato de Hechos, aunque los acontecimientos fundamentales se ven confirmados por las propias cartas de Pablo.
Como consecuencia del estudio riguroso de estas importantes diferencias, los especialistas de Nuevo Testamento han llegado a la conclusión de que hemos de reconstruir el ministerio de Pablo a partir de las mismas cartas, relacionando posteriormente los sucesos descritos en Hechos en el momento y el lugar en donde parezcan encajar mejor. A partir de las afirmaciones de carácter autobiográfico de la carta a los Gálatas, nos es posible trazar la siguiente cronología básica sobre las etapas principales de su ministerio (cf. cuadro 7.3).
Para reconstruir su vida y su ministerio, hemos de estudiar también las diferentes formas en que fue percibido desde su momento histórico hasta que se convirtió en un personaje legendario.
Poseemos dos fuentes principales de información sobre la vida de Pablo. La más conocida es el libro de los Hechos [http://www.hechosdelosapostolesindice.blogspot.com.es/]. Puesto que presenta una narración fluida del ministerio de Pablo, ha sido habitual comenzar con lo que se dice sobre su vida y, posteriormente, encajar o poner en relació las cartas con este contenido. Una vez más, descubriremos que la realidad es más compleja. El libro de los Hechos no nos cuenta lo que le ocurrió tras su viaje a Roma ni cómo murió. Ya en el siglo II se produjo un deseo en el cristianismo primitivo de concluir el relato de sus fundadores y héroes desde el comienzo del movimiento. Y lo llevaron a cabo mediante la creación de versiones retocadas de los "hechos" de cada uno de los apóstoles. Se escribieron una de Pedro y otra de Pablo, en donde se contaba cómo murieron estos apóstoles como gloriosos mártires en Roma tras el incendio provocado por Nerón en el año 64 d.C. La tradición de la iglesia local de Roma conservó vivas estas leyendas, que, en sí mismas, apenas tienen ningún fundamento histórico.
En suma, no sabemos con precisión cuándo ni cómo murió Pablo. La mayoría sostiene que moriría algún momento entre los años 60 y 62 d.C., poco tiempo después de que abandonara Corinto para dirigirse a Jerusalén y a Roma. Tampoco sabemos con certeza cuándo nació. En una ocasión se refiere a sí mismo dicieno que era un "anciano" (Flm 9 [9prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, el viejo Pablo, ahora además preso por el Mesías Jesús.]). Por tanto, podría tener entonces unos cincuenta o sesenta años, lo que situaría su nacimiento entre los años 5 a.C y 5 d.C., y lo haría casi contemporáneo de Jesús. Los Hechos dicen que era un judío de la diáspora que nació en Tarso, en la provincia romana de Cilicia, aunque también fue formado en Jerusalén por el maestro fariseo Gamaliel (Hch 22,3 [3 - Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad; como alumno de Gamaliel, me eduqué en todo el rigor de la Ley de nuestros padres, con tanto fervor religioso como vosotros ahora.]. El mismo Pablo no confirma estos datos, aunque sí dice que había sido un devoto fariseo antes de convertirse al movimiento de Jesús (Flp 3,5 [5circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa y, por lo que toca a la Ley, fariseo;]).
El relato que sobre la vida de Pablo encontramos en Hechos tiene que vérselas también con otros problemas históricos procedentes de las propias afirmaciones que hace en sus cartas (Cuadro 7.2):
Encontramos un buen ejemplo en lo que se dice sobre sus visitas a Jerusalén. Según Hechos, Pablo realizó cinco importantes visitas a Jerusalén tras convertirse en seguidor de Jesús. Hch 9,19-20 [19 Luego tomó alimiento y le volvieron las fuerzas. Pasó unos días con los discípulos de Damasco, 20 y muy pronto se puso a predicar en las sinagogas sobre Jesús, afirmando que éste es el Hijo de Dios.] nos informa de que la primera de estas visitas tuvo lugar casi inmediatamente después de su conversión en Damasco y de que Bernabé lo presentó a los seguidores en Jerusalén. Posteriormente, estuvo predicando durante un tiempo. He aquí el fragmento central del relato de Hch 9:
Hch 9,26-28: 26 Llegado a Jerusalén, trataba de juntarse a los discípulos; pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera discípulo.
27 Entonces Bernabé lo acogió, lo presentó a los apóstoles y les contó cómo había visto al Señor en el camino y que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con valentía sobre la persona de Jesús.
28 Saulo iba y venía con ellos en Jerusalén predicando con valentía sobre la persona de Jesús. [Texto utilizado la Nueva Biblia Española.]
El propio relato que hace Pablo en su carta a los Gálatas es bastante diferente en varios aspectos:
Gál 1,15-24: 15Y cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó 16revelarme a su Hjo para que yo lo anunciara a los paganos, no consulté con nadie de carne y hueso ni tampoco 17subí a Jerusalén para ver a los apóstoles anteriores a mí, sino que inmediatamente salí para Arabia, de donde volví otra vez a Damasco.
18Después, trea años más tarde, subí a Jerusalén para conocer a Pedro y me quedé quince días con él. 19No vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. 20Y en esto que os escribo Dios me es testigo de que no miento. 21Fui después a Siria y Cilicia. En cambio, 22las comunidades cristianas de Judea no me conocían personalmente; 23nada más oían decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, 24y alababan a Dios por causa mía. [Texto utilizado la Nueva Biblia Española.]
Aunque admitiéramos que el marco temporal de Hechos, que describe su estancia en Damasco como "bastante tiempo" (9,23), se corresponde con los "tres años" mencionados por Pablo (Gál 1,18), lo que parece improbable, aún tendríamos que explicar algunas discrepancias fundamentales. Hechos no dice que fuera a Arabia y retornara después a Damasco. Además, Pablo afirma rotundamente que no consultó a nadie de Jerusalén hasta que pasaron tres años; sólo estuvo dos semanas y únicamente vio a Cefas (Pedro) y a Santiago, el hermano de Jesús. El resto de las iglesias de Judea solamente habían oído hablar de él. De hecho, el propio relato que hace Pablo de su primera visita -después de tres años- está más de acuerdo, en cierto modo, con la "segunda" visita que se menciona en Hch 11,29-30 [29 Los discípulos, sin embargo, decidieron mandar un subsidio, según los recursos de cada uno, a los hermanos que residían en Judea:
30 así lo hicieron, enviándolo a los responsables por mano de Bernabé y Saulo.]. Parece, por tanto, que el libro de los Hechos ha añadido una visita extra al comienzo, tal vez para presentar a Pablo en estrecho contacto con la iglesia de Jerusalén. Lo mismo cabría decir de la "cuarta visita" de Hch 18,22 [22 desembarcó en Cesarea, subió a saludar a la comunidad, y luego bajó a Antioquía.], que constituye una pausa entre los denominados segundo y tercer viaje misionero. No existe correspondencia alguna con los datos que hallamos en las cartas paulinas. Efectivamente, el contexto de las cartas parece excluir tal interludio o pausa para realizar una visita a Jerusalén o Antioquía.
En Hechos encontramos dos visitas más de Pablo a Jerusalén que coinciden bastante mejor con su propio relato, al menos en lo que respecta a su cronología básica. Una es la "asamblea" sobre los gentiles conversos (Hch 15,1-19 [ 1-8., Hechos de los Apóstoles. LA ASAMBLEA DE JERUSALÉN. EL DILEMA JUDAÍSMO-CRISTIANISMO. Conflicto sobre la validez de la Ley. Hch 15 6-29., Hechos de los Apóstoles. Reunión de la asamblea. Pedro defiende la causa de los paganos. Hch 15]; Gál 2,1-10 [1-10., Carta a los Gálatas. Segunda visita a Jerusalén. 2 ]), la "tercera" visita según Hechos. Aun así, Pablo afirma claramente que éste fue su segundo viaje a Jerusalén y que fue él, no los dirigentes de la iglesia de Jerusalén o Antioquía, quien tomó la iniciativa. También dice que se encontró "en privado" con los dirigentes de Jerusalén -es decir, con Pedro, Santiago y Juan (Gál 2,2-9 [ 1-10., Carta a los Gálatas. Segunda visita a Jerusalén. 2 ])-, mientras que Hechos sugiere que los mismos dirigentes habían reunido a los "apóstoles y ancianos" para que escucharan la discusión. La última visita (Hch 21,17-37 [ 15-26., Hechos de los Apóstoles. Jerusalén. Pablo visita a Santiago y se purifica en el templo. Hch 21 27-36., Hechos de los Apóstoles. Proceso de Pablo. De Jerusalén a Cesarea. Arresto de Pablo en el templo. Hch 21
21.., 37-22, Hechos de los Apóstoles. Primera Apología y testimonio de Pablo ante el pueblo judío. Hch 21]) se corresponde con la que Pablo menciona como un proyecto (Rom 15,25-33 [14-33., Carta a los Romanos. 15 ]), pero no cuenta en ningún lugar lo que realmente ocurrió cuando llegó. Sin embargo, hay una diferencia notable: Pablo afirma claramente que el objetivo de esta última visita era llevar una colecta para los pobres, mientras que Hechos menciona una ayuda contra el hambre en relación con una visita anterior (Hch 11,30 [30 así lo hicieron, enviándolo a los responsables por mano de Bernabé y Saulo.]). Así pues, en los dos casos nos encontramos con ciertas diferencias en el relato de Hechos, aunque los acontecimientos fundamentales se ven confirmados por las propias cartas de Pablo.
Como consecuencia del estudio riguroso de estas importantes diferencias, los especialistas de Nuevo Testamento han llegado a la conclusión de que hemos de reconstruir el ministerio de Pablo a partir de las mismas cartas, relacionando posteriormente los sucesos descritos en Hechos en el momento y el lugar en donde parezcan encajar mejor. A partir de las afirmaciones de carácter autobiográfico de la carta a los Gálatas, nos es posible trazar la siguiente cronología básica sobre las etapas principales de su ministerio (cf. cuadro 7.3).
No hay comentarios:
Publicar un comentario